A veces vemos personas y no nos imaginamos que detrás de esa cara seria y carácter estricto, se encuentra una mente liberal a la cual no le importa la edad para disfrutar del sexo de cualquier forma. Este fue el caso de mi maestra madura y tetona que me dio su móvil para repararlo.
Fotos porno de mi maestra gorda tetona
Me decidí a enviar las fotos porno que le encontré a mi maestra, la más estricta y regañona de la escuela. Hoy ya no estudio ahí, y ha pasado ya tiempo así que ni se acordará de estas fotos, que además no se le ve la cara.
Todo pasó cuando una vez que en clase se quejaba de haber perdido unos documentos importantes, pues los había borrado por error. Yo le dije que había un programa para recuperar documentos borrados del móvil, que a veces se tenía suerte y se podían recuperar sin ningún daño. Dijo que si se los recuperaba, me daría 2 puntos extra en mi calificación final. Genial, entonces me llevé el teléfono a casa y comencé el rescate de aquellos archivos.
El momento de ver los archivos recuperados
Pasaron 3 horas aproximadamente y era momento de ver los resultados y buscar los PDF que la maestra necesitaba… Efectivamente, ahí estaban sin daño alguno, pero por alguna extraña razón, me dio curiosidad de mirar las fotos recuperadas… ¡Oh sorpresa!, ¡Ahí estaba mi maestra tetona desnuda con un antifaz!,
Una parte de mi quería cerrarlas y hacer como que nada había pasado, quizá la maestra no recordaba esas fotos que había borrado, o pensó que solamente se recuperaban documentos, nunca supe porque no me preguntó nada, ni tampoco yo le hice ninguna insinuación. A mi me parecían unas tetas bastante ricas, siempre había tenido pensamientos de cómo se le verían (siemprem me han excitado las mujeres maduras), y bueno… Esa oportunidad no la iba a desaprovechar, recuerdo que aquel día me hice por lo menos 6 pajas, ya no me salía leche, más bien parecía agua jajajaja!
Pues nada, así fue la historia de estas fotos porno de mi maestra tetona, espero que sean de su agrado y que la maestra nunca se entere. Ya me puse caliente de recordar y escribir este relato, creo que me iré a jalar el ganzo.
¡Saludos y buenas pajas!
